La República Checa, conocida por su historia milenaria y su arquitectura de ensueño, es un destino fluvial lleno de sorpresas. Navegar por el río Moldava, que atraviesa la mágica Praga, ofrece vistas inolvidables de sus icónicos puentes, castillos y torres góticas. Más allá de la capital, sus tranquilas aguas conducen a paisajes verdes, pintorescos pueblos y rincones llenos de encanto, donde la tradición y la naturaleza se fusionan. Este viaje fluvial te invita a descubrir la esencia de la República Checa mientras disfrutas de su cálida hospitalidad, su rica gastronomía y, por supuesto, su mundialmente famosa cerveza artesanal.