El turismo fluvial en Charente: juegos de agua y luz.
Ancho y sinuoso, el río Charente, que el rey Francisco I calificaba como «el arroyo más bello del reino», atraviesa las antiguas provincias de Angoumois y Saintonge.
En las laderas de las colinas del río se extiende su antiguo viñedo, implantado bajo la influencia romana. La presencia del río Charente favorece el desarrollo del comercio del vino y, gracias a él, son conocidos en el mundo enterolos afamados Cognac y Pineau de Charentes. Un gran número de bodegas y destilerías le recibirán a lo largo del itinerario para la realización de visitas y degustaciones.
Sin embargo, estos famosos viñedos no son el único atractivo de la región: la huella histórica que ha dejado el paso de los romanos, el patrimonio religioso (numerosas iglesias románicas), la gastronomía de Charentes basada en el marisco (mouclade, ostras, etc.) y la pesca son muchos de los atractivos para hacer de sus vacaciones en barco ¡un momento inolvidable!
El Charente es un río navegable para los barcos sin carnet hasta la altura de Rochefort: más allá, la influencia de la marea dificulta las maniobras.
La vía fluvial está regulada durante los 171 kilómetros, desde Angoulême hasta el océano, por 21 esclusas manuales: no hay limitaciones de apertura, puede navegar y pasar las esclusas desde la salida hasta la puesta del sol, ¡para unas vacaciones fluviales con toda libertad!